A menudo se escucha que bañar a los cachorros no es recomendable, pero esta creencia no es del todo cierta. De hecho, bañar a un cachorro es beneficioso no solo por razones higiénicas, sino también para acostumbrarlo a la manipulación, el agua, el jabón y el secador, lo cual será esencial para su bienestar a largo plazo.
El baño, cuando se realiza correctamente, puede convertirse en una experiencia positiva que ayudará a tu cachorro a desarrollar confianza en situaciones cotidianas. Iniciar desde temprano facilita que, en el futuro, los baños no se conviertan en un momento de estrés ni para ti ni para tu mascota.
Es importante, sin embargo, tener en cuenta que los cachorros no tienen su sistema inmunológico completamente desarrollado. Esto significa que el mayor riesgo de bañarlos no reside en el baño en sí, sino en factores externos como el uso de agua fría o no secarlos adecuadamente, lo que podría hacer que se resfríen o desarrollen otros problemas de salud. Por eso, es crucial asegurarse de que el agua esté templada y de realizar un buen secado.
Así que, sí, bañar a un cachorro es bueno, siempre que se haga con las precauciones adecuadas. De esta manera, mantendrás a tu cachorro limpio, sano y acostumbrado a este tipo de cuidados desde el principio.